domingo, 22 de julio de 2012
Pensando
No me gusta escribirte demasiado por aquí debido a que este blog lo inicié en otro momento de mi historia con otras personas presentes, personas que se han ido y hasta ahora parece que su partida fue para mejor.
Hay una partida que me duele, tú sabes quien es. Ese amigo que me rompió el corazón y perderlo fue como una muerte.
He pensado en eliminar este espacio... qué dices tú?
Te amo Simón :)
sábado, 9 de julio de 2011
Torbellino
domingo, 29 de mayo de 2011
De prácticas y demases...
domingo, 13 de marzo de 2011
.
domingo, 23 de enero de 2011
.
Debí ser más atrevido y besarla. Debí ser más prudente. Había hablado en exceso. No había dicho suficiente.
Patrick Rothfuss
Pág. 565
jueves, 2 de diciembre de 2010
Egocentrismo

miércoles, 13 de octubre de 2010
Sin embargo...

miércoles, 18 de agosto de 2010
Cosas VII

viernes, 16 de julio de 2010
Piscis?

sábado, 8 de mayo de 2010
El fin definitivo~
Para amarte necesito una razón
y es dificil creer que no exista
una más que este amor
sobra tanto dentro
de este corazon
que a pesar de que dicen
que los años son sabios
todavía se siente el dolor
porque todo el tiempo
que pase junto a ti
dejo tejido su hilo dentro de mi
y aprendia quitarle al tiempo los segundostu me hiciste ver el cielo aun mas profundojunto a ti creo que aumente mas de 3 kiloscon tus tantos dulces besos repartidos
desarollaste mi sentido del olfatoy fue por ti que aprendi a querer los gatos
despegaste del cemento mis zapatospara escapar los dos volando un rato.
Pero olvidaste una final
instrucción porque aun
no se como vivir sin tu amor
y descubrí lo que significa una rosa
me enseñaste decir mentiras piadosas
para poder a verte a horas no adecuadas
y a reemplazar palabras por miradas
y fue por ti que escribí más
de 100 canciones
y hasta perdone tus equivocaciones
y conocí más de mil formas de besar
y fue por ti que descubri
lo que es amar
lo que es amar...Antología- Shakira
Ha sido un proceso lento y doloroso, pero lo he logrado :)
He logrado cerrar definitivamente el capítulo.
Me di cuenta cuando escuchaba esta canción (el título de la canción es un link!) y su letra me recordó a ti, no toda, sólo lo que está en morado.
Y al recordarte no me sentí triste, ni culpable, ni sentí ninguna cosa negativa que vengo sintiendo desde ese día en que concluimos que no podíamos hacer más. Fue
genial recordar nuestra relación y concluir que fue maravillosa, sonreír a pesar de que ya acabo y ser feliz por todos esos lindos momentos que vivimos juntos y por todo
lo que aprendimos juntos.
Fuiste mi primer amor y me alegra haber vivido tanto contigo y haberte entregado todo
lo que te entregué.
Eres una maravillosa persona y agradezco a Dios la oportunidad de conocerte, pero
nuestro tiempo pasó y ya debemos dar el siguiente pasó, seguir adelante.
¡Gracias! A ti y a Dios por todo lo que pasamos juntos, alegrías y penas, risas y llantos, ilusiones y realidades :)
Gracias Juan Pablo, estas en mi oración para que tu vida siga tan linda como lo ha
sido hasta ahora, nunca olvides a esta niña que te amó con todo su corazón, que ella nunca te olvidará ^^
Y ahora a seguir caminando, cada uno por separado, quizás algún día nuestros
caminos se crucen otra vez.
lunes, 26 de abril de 2010
sábado, 12 de diciembre de 2009
¿Cómo sabrá que la amas?

¿Cómo verá tu amor?
¿Cómo sabrá que la amas?
¿Cómo le muestras cariño?
¿Cómo sabrá que en verdad la amas?
Sí, ¿la amas?
¿Cómo sabrá que la amas?
¿Cómo le muestras cariño?
Cómo sabrá que en verdad la amas,
sí, la amas?
No es suficiente que a quien amas des por hecho
Haz que se entere o ella puede así decir:
¿Cómo saber, si me ama?
¿Si acaso soy de él?
Te deja notas que te dicen que en su mente siempre estás
Él te manda flores si nublado está, ahh
Encontrará mil maneras
Diario una más tendrá
Y tú sabrás…
Y tú sabrás,
que es tu amor.
Tu amor reafirma ferviente
Pues ella no es vidente
Que sienta que estás presente
Y que tú la amas
Todos quieren un amor con un final de cuento
Todos quieren que su amor sea el mejor…
¿Cómo sabrás que te ama?
¿Cómo verás su amor?
Por abrazarte más cerca a un baile te invitó
O compuso para ti una canción,
ooh
Él hallará la manera
Sus detalles hablarán
Y tú sabrás…
Y tú sabrás…
Que es tu amor
Que es tu amor
Y tú sabrás que te ama
Que es de verdad tu amor
Porque se viste del color que con tus ojos combinó
Un picnic privado él organizó
Ooh
Su corazón va a ser tuyo
Y por siempre lo será
Y tú sabrás (y tú sabrás)
Y tú sabrás (y tú sabrás)
Y tú sabrás (y tú sabrás)
Y tú sabrás (y tú sabrás)
Y tú sabrás (y tú sabrás)
Y tú sabrás…
Que es tu amor
Y así sabrá que la amas
Si tú le muestras cariño
Y tú sabrás
Y tú sabrás
Que es tu amor
miércoles, 21 de octubre de 2009
la época
martes, 28 de julio de 2009
Cosas V

Últimamente me he dedicado mucho a pensar. Sobre la vida, sobre mi vida y como la llevo.
He concluido que voy por mal camino, arruinando muchas cosas maravillosas que tenía. Me siento un poco como Edward Scissorhands, destruyendo todo lo que se toca, pero sé que al reencontrarme con Dios Padre volveré a mis buenas andanzas.
He considerado visitar un psicólogo, pues creo (sólo creo, es probable que este equivocada) que no es normal cuestionarse tanto la vida y el como se esta viviendo, ¿O acaso si lo es?. Cuestinar cada paso que se da como si fuese el decisivo, el determinante; cuestinar las acciones e incluso los pensamientos que se tienen, tal como ahora cuestiono mis cuestionamientos.
martes, 31 de marzo de 2009
El soldadito de Plomo~

Había una vez veinticinco soldaditos de plomo, hermanos todos, ya que los habían fundido en la misma vieja cuchara. Fusil al hombro y la mirada al frente, así era como estaban, con sus espléndidas guerreras rojas y sus pantalones azules. Lo primero que oyeron en su vida, cuando se levantó la tapa de la caja en que venían, fue: "¡Soldaditos de plomo!" Había sido un niño pequeño quien gritó esto, batiendo palmas, pues eran su regalo de cumpleaños. Enseguida los puso en fila sobre la mesa.
Cada soldadito era la viva imagen de los otros, con excepción de uno que mostraba una pequeña diferencia. Tenía una sola pierna, pues al fundirlos, había sido el último y el plomo no alcanzó para terminarlo. Así y todo, allí estaba él, tan firme sobre su única pierna como los otros sobre las dos. Y es de este soldadito de quien vamos a contar la historia.
En la mesa donde el niño los acababa de alinear había otros muchos juguetes, pero el que más interés despertaba era un espléndido castillo de papel. Por sus diminutas ventanas podían verse los salones que tenía en su interior. Al frente había unos arbolitos que rodeaban un pequeño espejo. Este espejo hacía las veces de lago, en el que se reflejaban, nadando, unos blancos cisnes de cera. El conjunto resultaba muy hermoso, pero lo más bonito de todo era una damisela que estaba de pie a la puerta del castillo. Ella también estaba hecha de papel, vestida con un vestido de clara y vaporosa muselina, con una estrecha cinta azul anudada sobre el hombro, a manera de banda, en la que lucía una brillante lentejuela tan grande como su cara. La damisela tenía los dos brazos en alto, pues han de saber ustedes que era bailarina, y había alzado tanto una de sus piernas que el soldadito de plomo no podía ver dónde estaba, y creyó que, como él, sólo tenía una.
Y se acostó cuan largo era detrás de una caja de tabaco que estaba sobre la mesa. Desde allí podía mirar a la elegante damisela, que seguía parada sobre una sola pierna sin perder el equilibrio.
De pronto el reloj dio las doce campanadas de la medianoche y —¡crac!— abrióse la tapa de la caja de rapé... Mas, ¿creen ustedes que contenía tabaco? No, lo que allí había era un duende negro, algo así como un muñeco de resorte.
—¡Soldadito de plomo! —gritó el duende—. ¿Quieres hacerme el favor de no mirar más a la bailarina?
Pero el soldadito se hizo el sordo.
—Está bien, espera a mañana y verás —dijo el duende negro.
Al otro día, cuando los niños se levantaron, alguien puso al soldadito de plomo en la ventana; y ya fuese obra del duende o de la corriente de aire, la ventana se abrió de repente y el soldadito se precipitó de cabeza desde el tercer piso. Fue una caída terrible. Quedó con su única pierna en alto, descansando sobre el casco y con la bayoneta clavada entre dos adoquines de la calle.
La sirvienta y el niño bajaron apresuradamente a buscarlo; pero aun cuando faltó poco para que lo aplastasen, no pudieron encontrarlo. Si el soldadito hubiera gritado: "¡Aquí estoy!", lo habrían visto. Pero él creyó que no estaba bien dar gritos, porque vestía uniforme militar.
Luego empezó a llover, cada vez más y más fuerte, hasta que la lluvia se convirtió en un aguacero torrencial. Cuando escampó, pasaron dos muchachos por la calle.
Y construyendo un barco con un periódico, colocaron al soldadito en el centro, y allá se fue por el agua de la cuneta abajo, mientras los dos muchachos corrían a su lado dando palmadas. ¡Santo cielo, cómo se arremolinaban las olas en la cuneta y qué corriente tan fuerte había! Bueno, después de todo ya le había caído un buen remojón. El barquito de papel saltaba arriba y abajo y, a veces, giraba con tanta rapidez que el soldadito sentía vértigos. Pero continuaba firme y sin mover un músculo, mirando hacia adelante, siempre con el fusil al hombro.
De buenas a primeras el barquichuelo se adentró por una ancha alcantarilla, tan oscura como su propia caja de cartón.
"Me gustaría saber adónde iré a parar”, pensó. “Apostaría a que el duende tiene la culpa. Si al menos la pequeña bailarina estuviera aquí en el bote conmigo, no me importaría que esto fuese dos veces más oscuro."
Precisamente en ese momento apareció una enorme rata que vivía en el túnel de la alcantarilla.
—¿Dónde está tu pasaporte? —preguntó la rata—. ¡A ver, enséñame tu pasaporte!
Pero el soldadito de plomo no respondió una palabra, sino que apretó su fusil con más fuerza que nunca. El barco se precipitó adelante, perseguido de cerca por la rata. ¡Ah! había que ver cómo rechinaba los dientes y cómo les gritaba a las estaquitas y pajas que pasaban por allí.
—¡Deténgalo! ¡Deténgalo! ¡No ha pagado el peaje! ¡No ha enseñado el pasaporte!
¡Imagínense ustedes! Justamente donde terminaba la alcantarilla, el agua se precipitaba en un inmenso canal. Aquello era tan peligroso para el soldadito de plomo como para nosotros el arriesgarnos en un bote por una gigantesca catarata.
Por entonces estaba ya tan cerca, que no logró detenerse, y el barco se abalanzó al canal. El pobre soldadito de plomo se mantuvo tan derecho como pudo; nadie diría nunca de él que había pestañeado siquiera. El barco dio dos o tres vueltas y se llenó de agua hasta los bordes; hallábase a punto de zozobrar. El soldadito tenía ya el agua al cuello; el barquito se hundía más y más; el papel, de tan empapado, comenzaba a deshacerse. El agua se iba cerrando sobre la cabeza del soldadito de plomo… Y éste pensó en la linda bailarina, a la que no vería más, y una antigua canción resonó en sus oídos:
¡Adelante, guerrero valiente!
¡Adelante, te aguarda la muerte!
En ese momento el papel acabó de deshacerse en pedazos y el soldadito se hundió, sólo para que al instante un gran pez se lo tragara. ¡Oh, y qué oscuridad había allí dentro! Era peor aún que el túnel, y terriblemente incómodo por lo estrecho. Pero el soldadito de plomo se mantuvo firme, siempre con su fusil al hombro, aunque estaba tendido cuan largo era.
Súbitamente el pez se agitó, haciendo las más extrañas contorsiones y dando unas vueltas terribles. Por fin quedó inmóvil. Al poco rato, un haz de luz que parecía un relámpago lo atravesó todo; brilló de nuevo la luz del día y se oyó que alguien gritaba:
—¡Un soldadito de plomo!
El pez había sido pescado, llevado al mercado y vendido, y se encontraba ahora en la cocina, donde la sirvienta lo había abierto con un cuchillo. Cogió con dos dedos al soldadito por la cintura y lo condujo a la sala, donde todo el mundo quería ver a aquel hombre extraordinario que se dedicaba a viajar dentro de un pez. Pero el soldadito no le daba la menor importancia a todo aquello.
Lo colocaron sobre la mesa y allí… en fin, ¡cuántas cosas maravillosas pueden ocurrir en esta vida! El soldadito de plomo se encontró en el mismo salón donde había estado antes. Allí estaban todos: los mismos niños, los mismos juguetes sobre la mesa y el mismo hermoso castillo con la linda y pequeña bailarina, que permanecía aún sobre una sola pierna y mantenía la otra extendida, muy alto, en los aires, pues ella había sido tan firme como él. Esto conmovió tanto al soldadito, que estuvo a punto de llorar lágrimas de plomo, pero no lo hizo porque no habría estado bien que un soldado llorase. La contempló y ella le devolvió la mirada; pero ninguno dijo una palabra.
De pronto, uno de los niños agarró al soldadito de plomo y lo arrojó de cabeza a la chimenea. No tuvo motivo alguno para hacerlo; era, por supuesto, aquel muñeco de resorte el que lo había movido a ello.

El soldadito se halló en medio de intensos resplandores. Sintió un calor terrible, aunque no supo si era a causa del fuego o del amor. Había perdido todos sus brillantes colores, sin que nadie pudiese afirmar si a consecuencia del viaje o de sus sufrimientos. Miró a la bailarina, lo miró ella, y el soldadito sintió que se derretía, pero continuó impávido con su fusil al hombro. Se abrió una puerta y la corriente de aire se apoderó de la bailarina, que voló como una sílfide hasta la chimenea y fue a caer junto al soldadito de plomo, donde ardió en una repentina llamarada y desapareció. Poco después el soldadito se acabó de derretir. Cuando a la mañana siguiente la sirvienta removió las cenizas lo encontró en forma de un pequeño corazón de plomo; pero de la bailarina no había quedado sino su lentejuela, y ésta era ahora negra como el carbón.
martes, 10 de marzo de 2009
Re-volviendo
domingo, 9 de noviembre de 2008
Preguntas I

Y si no crees en Él...
¿A quién le agradeces un buen día?
¿En qué piensas si necesitas ayuda?
¿A quién recuerdas si te sientes solo?
¿A quién recurres si necesitas llorar a mares?
¿Si necesitas un abrazo y no hay nadie allí?
Si necesitas el confort del silencio pero sin la incomodidad de la soledad ¿A quién recurres?
Si sientes que la vida está siendo injusta contigo ¿A quién le reclamas?
¿A quién le pides que mañana sea un buen día?
¿A quién le pides que te vaya bien en una prueba? ¿Que los nervios no te traicionen?
¿A quién le agradeces que esa persona llegó a tu vida?

¿Cómo explicas que precisamente levantara la vista y su mirada se encontrara con la tuya?
¿No te preguntas si esa persona fue creada especialmente para tí?
¿A quién le pides ayuda para solucionar tus problemas?
¿A quién le pides que aclare tu mente para enfrentar cierta situación?
¿A quién le pides que te ayude a tomar una decisión?
¿Sientes que logras enfrentar solo las tormentas?
¿Cómo explicas esa sensación de bienestar cuando haces algo bueno?
¿A quién le pides fuerzas para seguir luchando?
¿Cómo continuas día a día, sin preguntarte quién creo un mundo tan maravilloso sólo para ti?

Se ruega, si alguien se siente capaz de responder...lo haga.
sábado, 25 de octubre de 2008
Aquí.

Conmigo estas y el mundo se esfumó
la música al sonar nos envolvió.
Aquí, muy juntos, si contigo voy
Aquí tan vivo estoy
La vida va, los sueños morirán
al mío digo adiós y sin saber
que aquí tu estabas,
mi sueño te encontró
y hoy por siempre ya se
que solo quiero tenerte aquí
Aquí… soñando con un feliz final
creer que esto, en verdad es real
y este sueño también nos separo
tu allá…y yo… aquí…
Y como enfrentar la realidad
si hoy te pierdo aquí… ohh
Aquí… soñando con un feliz final
creer que esto, en verdad es real
soñar que el sueño en los dos esta
yo aquí...
yo aquí...
y tú... allá.
domingo, 12 de octubre de 2008
El amor crónico no es una enfermedad contagiosa.

Una enfermedad infecto-contagiosa no puede remediarse con regaloneos, masajes, besitos o abrazos. El estrés quizás si.
Me preguntas por el amor crónico. ¿Es una enfermedad? Respondes inmediatamente que si, y que necesita de manera urgente una cura, ¿quieres relamente que mejore esa enfermedad? ¿Crees que estos "medicinales" métodos lo ayuden a mejorar? ¿ No lo empeorarán? Es extraño esto del "amor crónico" como enfermedad, no crees? Puesto que a pesar de no ser infecto-contagiosa, si es de origen ambiental.
Alguien, que no está enfermo, te origina una serie de sintomas y signos que llevan al diagnóstico diferencial de "Amor" y cuando estos signos y sintomas superan los seis meses de evolución, se vuelve crónico. Y a cada persona se le presenta de manera distinta, aun que en general presentan un patrón común: frecuencia cardíaca aumentada, rubor y calor en la cara, precencia de torpeza motora y obnubilación de vez en cuando.
En pacientes observados se ha encontrado percepción visual alterada, engrandecimiento y tendecia a verlo todo perfecto.
Los síntomas y signos dependeran del contagiado y de quién se la ha provocado.
El amor crónico no es contagioso, pero es producido por agente completamente externo a ti y a tu vida, pero posteriormente, se crea cierta dependencia del agente injuriante para presentar malestares generales.
miércoles, 1 de octubre de 2008
La amada (CC)
con los besos de su boca!
Mejor que el vino es tu amor.
3 Tu nombre es como perfume derramado;
por el olor de tu suave perfume
las jóvenes se enamoran de ti.
(CC 1, 2-3)
5 1 He venido a mi huerto,
oh hermana y novia mía.
He recogido mi mirra y mi perfume.
He comido mi panal y mi miel;
he bebido mi vino y mi leche.
¡Comed, oh amigos!
¡Bebed, oh amados!
¡Bebed en abundancia!
La amada
2 Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto,
y oí a mi amado que tocaba a la puerta y llamaba:
"Abreme, hermana mía, amada mía,
paloma mía, perfecta mía;
porque mi cabeza está llena de rocío
y mis cabellos están mojados
con las gotas de la noche."
3 Ya me había desvestido;
¿cómo me iba a volver a vestir?
Había lavado mis pies;
¿cómo iba a volverlos a ensuciar?
4 Mi amado metió su mano
por el agujero de la puerta,
y mi corazón se conmovió a causa de él.
5 Entonces me levanté
para abrir a mi amado,
y mis manos gotearon perfume de mirra.
Mis dedos gotearon mirra
sobre la manecilla del cerrojo.
6 Abrí a mi amado,
pero mi amado se había ido;
había desaparecido.
Se me salía el alma,
cuando él hablaba.
Lo busqué, pero no lo hallé;
lo llamé, pero no me respondió.