sábado, 27 de septiembre de 2008

Discípulos y Misioneros de Cristo!

35 Al día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos. 36 Al ver a Jesús que andaba por allí, dijo:

-¡He aquí el Cordero de Dios!

37 Los dos discípulos le oyeron hablar y siguieron a Jesús. 38 Jesús, al dar vuelta y ver que le seguían, les dijo:

-¿Qué buscáis?

Y ellos le dijeron:

-Rabí -que significa maestro-, ¿dónde moras?

39 Les dijo:

-Venid y ved.

Por lo tanto, fueron y vieron dónde moraba y se quedaron con él aquel día, porque era como la hora décima.


Jn 1, 35-39

sábado, 20 de septiembre de 2008

Ahora, justo ahora.

Te vas. Justo ahora te vas. Y quedo sola ¿Qué puedo hacer aquí sola?
El corazón se hace como un nudito y los ojos se empañan. Lo sé, no es tu culpa y al tiempo lo es, pero tú no lo sabes aún y es injusto que te culpe aún, ¿Verdad?
Me duele un poco el pecho y no encuentro las marcas de tu último abrazo para refugiarme en ellas. De verdad te extraño y necesito. Tengo cosas que decirte, tengo besos para darte, abrazos para contenerte y quizás una que otra lágrima que quiera deslizarse en tu pelo.
Te necesito y tal vez te culpo por que no estás, sin darme cuenta que no eres tú el no quiere estar.
Necesito que me contegas y te culpo de no saber hacerlo. Pero soy yo la que no te ha enseñado cómo.
Necesito que me protejas y te culpo por no hacerlo, pero ¿no soy yo quién se hace la fuerte cuando quieres cuidarme?
Te culpo y es mi culpa, aunque quizás tengas un poco de culpa por no preguntar cómo dejar de tenerla.
Te vas. Justo ahora te vas. Me dices que vaya contigo y sabes lo imposible que es.
Y es justo ahora cuando más culpa siento y cuando más culpa te asigno.


I Declaración pública de Sir Daren de Valencia


Daren se puso de pie, nervioso.
De inmediato reinó el silencio en el salón lleno de ciudadanos.
"Desde hoy y para siempre..."- su voz tembló.
"Queda prohibido llorar por algo que no valga la pena, quien desobedezca esta nueva ley pagará con su vida"

sábado, 6 de septiembre de 2008

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Corazón, contesta,
por qué palpitas, sí,
por qué palpitas,
como una campana
que se encabrita, sí,
que se encabrita.
Por qué palpitas.

No ves que la noche
La paso en vela, sí,
la paso en vela,
como en mar violento
la carabela, sí,
la carabela.
Tú me desvelas.